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Empieza con semillas de buena calidad de un banco de semillas reputado.
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Humedece un par de toallas de papel y colócalas en un plato.
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Pon las semillas sobre la toalla húmeda y cúbrelos con otra toalla húmeda.
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Cubre el plato con un plástico transparente para mantener la humedad.
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Coloca el plato en un lugar oscuro y cálido (entre 20-25°C) y revisa regularmente para asegurarte de que las toallas sigan húmedas.
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Después de unos días, las semillas germinarán y tendrás pequeñas plántulas.
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Transfiere las plántulas a un medio de cultivo (como turba o perlita) y colócalas en una zona iluminada con luz LED de espectro completo.
